EL SIONISMO NACIÓ CRISTIANO, NO JUDÍO.

 

Origen Judío del Cristianismo

Dos décadas después de la crucifixión de su maestro, los seguidores de Jesús de Nazareth eran mayormente de origen judío, y considerados como tales.

Las incursiones proselitistas de Paulo de Tarso introdujeron un factor de tensión dentro de la naciente comunidad. ¿Era necesario observar todos los  para los discípulos de origen no judío?

El Concilio de Jerusalén, luego de deliberar, decretó 

«Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias: que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis.»

Ya en el año 150 aparece una herejía anti-judía dentro de la comunidad cristiana, que es considerada como la más peligrosa de su tiempo: el marcionismo. 

Primeros atisbos del sionismo a la sombra del cristianismo.

La Primera Cruzada cobró sus primeras víctimas entre los judíos centro europeos. Esto mereció la inmediata condena del papa Inocencio III.

El reino de Polonia, por su parte, que constituía una zona de frontera, necesitaba artesanos y trabajadores calificados, por lo que los judíos fueron muy apreciados y bienvenidos.

Los desórdenes y abusos dentro de la Iglesia provocaban escándalo e indignación en la sociedad civil. Muchos fueron los que predicaron contra esa corrupción. Pedro Valdo (siglo XII en Francia) y Juan Wiclef (siglo XIII en Inglaterra) destacaron entre los primeros críticos.

Un siglo después, Jan Hus, en Bohemia, inicia una disputa teológica que lo conducirá a la hoguera. Esto desata una guerra, conocida como de los husitas. Buena parte de los cristianos de Bohemia se escinden de Roma. A este proceso se lo conoce como la Reforma Bohemia, antecedente inmediato de la Reforma Luterana. Los cristianos de Bohemia y Moravia son recordados en algunos círculos de estudios judíos como benefactores de sus antepasados.

Entre 1515 y 1520, el enfrentamiento de Martín Lutero con el Papa, produce otra escisión dentro de la Iglesia. Más allá de los cuestionamientos sobre indulgencias, vuelta a la pobreza, derogación del celibato y otras diferencias, el pensamiento de Lutero es profundamente anti-judío.

Poco tiempo después, Calvino emprende un camino más estricto todavía. El trabajo, visto como el desarrollo de las capacidades que cada persona pueda tener, se convierte en una cuestión muy acentuada en su doctrina. A diferencia de Lutero, no tiene ningún tipo de prejuicios hacia los judíos.

En esta tercera fase de la Reforma Protestante (si como tal consideramos la impulsada por Jan Hus), las iglesias calvinistas o reformadas se extienden por los Países Bajos en el siglo XVI. Por una extraña coincidencia del destino, los judíos expulsos de Portugal en 1495 hallan refugio (entre otros lugares) en el país de los tulipanes y los molinos de viento. En un país llamado a convertirse en potencia marítima y comercial.

Desde los Países Bajos ingresó el calvinismo en Francia e Inglaterra, que junto con Portugal y España, dominarían los mares durante más de tres siglos. En 1560, tiene lugar la Reforma Escocesa, netamente calvinista. Además, se diseminó por Hungría, Lituania, Polonia y algunas regiones de la actual Alemania.

En Inglaterra, en tiempos de los Tudor, los calvinistas fueron perseguidos por la iglesia oficial, el anglicanismo. Algunos huyeron a Holanda en busca de tranquilidad.

Los Peregrinos constituyeron un grupo puritano de origen calvinista, creado hacia fin del siglo XVI, que emigró en 1609 a Holanda. En 1620 decidieron iniciar una nueva vida, dentro de la pureza evangélica, en el Nuevo Mundo. El destino previsto era Jamestown, fundada unos años antes bajo los auspicios del rey Jacobo I. Cabe notar que entre los viajeros no todos eran miembros del grupo religioso; otra buena parte eran anglicanos, en busca de buena fortuna. El barco en que viajaban se desvió casi quinientas millas náuticas hacia el norte, y terminaron fundando una nueva colonia, a la que bautizaron Plymouth.

 

Los orígenes del sionismo cristiano en USA.

Si bien las dos primeras colonias fundadas en el actual territorio de los Estados Unidos (Roanoke y Jamestawn) lo fueron bajo la tutela espiritual de la Iglesia Anglicana, la presencia calvinista pronto fue preponderante en el nuevo mundo anglosajón. Su credo y por qué no su ideología, sacuden en nuestros días al mundo.

Con la caída de la monarquía, gozaron de los favores de Oliver Cromwell, Lord Protector de la Mancomunidad de Inglaterra, Escocia e Irlanda. Cromwell era un ferviente puritano.

Los primeros inmigrantes al actual territorio estadounidense trajeron consigo la praxis calvinista, que imperó en la conformación de las colonias de la costa este.

Bajo distintos nombres, las iglesias calvinistas principales a la que adscribían los pioneros fueron:

• Puritanos (ingleses y escoceses)
• Hugonotes (franceses)
• Reformados (holandeses)
• Presbiterianos (escoceses e irlandeses)
  

Los holandeses se establecieron en Nueva Amsterdam (actual Nueva York). Hacia allí emigraron viajeros de origen judío, tanto desde los Países Bajos como de la extinta colonia holandesa en Recife (Brasil), cuando el reino de Portugal extendió su dominio en esa región.

Entre los judíos de aquellos tiempos no estaba extendida la idea del regreso a la Tierra de Israel. Es más, se lo percibía como contrario a los designios de Dios. En la actualidad cierto número de judíos son antisionistas. 

Recién a partir de mediados del siglo XIX se instaló entre ellos la idea del retorno, tanto desde el punto de vista religioso (Yehuda Shlomo Alkalai) como laico (Moses Hess).

Mucho antes, a finales del siglo XVII, los teólogos puritanos ya mencionaban la necesidad de la vuelta de los judíos al medio oriente. Lo hacían dentro del marco de la escatología puritana, que interpretaba las Sagradas Escrituras de modo literal. Piénsese en autores como Jonathan Edwards y Cotton Mathers.

En Gran Bretaña, alrededor de 1830, el teólogo John Nelson Darfield propugna una nueva visión: el dispensacionalismo. Una de sus premisas era la vuelta de los judíos a la Tierra Prometida. El retorno era en beneficio de la humanidad. 

Varias figuras prominentes de la vida política británica adhirieron a ese pensamiento: Lord Shaftesbury, Lord Arthur Balfour y Lloyd George.

El dispensacionalismo británico fue divulgado en los USA luego de la Guerra de Secesión por Cyrus Scofield. El apoyo de las iglesias reformadas  estadounidenses en el siglo XIX a estas teorías fue decisivo. William Blackstone, pastor protestante, predicaba que los judíos gozaban de un derecho bíblico sobre Palestina. De él supo decir el jurista judío y reconocido sionista estadounidense Louis Brandeis:

"Tú eres el Padre del Sionismo puesto que tu trabajo precede al de Herzl". (Teodoro Herzl había publicado su libro "El Estado Judío" en 1896)

Nótese la similitud entre el "Destino Manifiesto" de los USA y el "Pueblo Elegido" de Israel. No por repetida pierde validez la frase: "El cinturón bíblico estadounidense es el cinturón de seguridad del sionismo".

Lo demás es historia reciente.

 

PD. Aclaración necesaria sobre Calvinismo y Capitalismo

Desde Max Weber a esta parte la vinculación entre capitalismo y protestantismo es una muletilla. Sin embargo, el Catecismo de Heidelberg, del año 1563 (de orientación calvinista) ofrece una visión distinta.

110. ¿Qué prohíbe el Señor en el octavo mandamiento? El Señor no sólo prohíbe el robo y el hurto que son penados por la ley. Sino que además, ante sus ojos, el robo también incluye el estafar o engañar al prójimo por manejos fraudulentos que las hagan aparecer legítimas tales como: pesas y medidas falsas, medidas inexactas en peso, tamaño o volumen, mercancía fraudulenta, dinero falso, excesivo interés, o por algún otro medio prohibido por el Señor prohíbe también toda avaricia y el desaprovechamiento insensato de sus dones.

111. ¿Qué requiere el Señor de ti en este mandamiento? Que haga todo lo que pueda por el bien de mi prójimo que trate a los demás como quisiera que me tratasen a mí. Y que trabaje fielmente para que pueda compartir con los necesitados.